Confesión de un delincuente.

Meta AI explica cómo ha sido entrenada de manera ilícita, con grandes cantidades de contenido sin pedir permiso, violando derechos de autor y términos de uso. Lo llama “un desafío común en IA”.

Recuerda que Julian Assange fue encarcelado por filtrar documentos que revelan crímenes de Estado y corporativos. Otros hackers y hacktivistas han sido perseguidos y condenados por acceder y compartir sin ánimo de lucro información de interés público y por defender la libre información y el acceso al conocimiento como un derecho fundamental.

En cambio, las grandes tecnológicas extraen contenido a escala industrial, lo monetizan… y nadie rinde cuentas.

Cuando una big tech abusa, lo llaman “innovación”.
Cuando un activista denuncia, lo llaman “terrorismo digital”.

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